viernes, 6 de enero de 2012

Pon un gato en tu vida

Un día u otro los gatos tenían que aparecer en este blog, los que me conocéis sabéis que esto era inevitable. ¡Y es que son tan monos! Todos los que convivimos con gatos pensamos que los nuestros son los más bonitos, simpáticos, listos y, en suma, especiales de todo el universo gatuno. Ocurre como con los niños pero es más exagerado. Al fin y al cabo a los hijos hay que educarlos y convertirlos en personitas de provecho, lo cual exige un poco más objetividad y bastante más responsabilidad. Sin embargo, estos pequeños peludos no tienen necesidad de aprender lecciones para vivir independientemente, y ni siquiera los presentas en sociedad, por lo que no tienen que aprender maneras. Los pobres están encerrados en casa y quien viene a visitarte tiene que soportar que le cuentes la retahíla de monerías del minino como quien va a casa de unos recién casados y se tiene que tragar las 150 fotos y las dos horas y media de vídeo. Creo que los del club de amigos de los gatos somos conscientes de lo plastas que somos, pero es inevitable. Estamos rendidos a sus pies.

Lo único que exijo de mis gatos es que no arañen mucho mis muebles y que no se peleen salvajemente. En esto soy muy firme con ellos, pero por lo demás me tienen absolutamente comido el terreno y son los puñeteros amos de la casa. Te llenan de pelos el sofá, te acosan cada vez que abres la nevera, se tumban en tu mesa, justo delante de la pantalla del ordenador, obligándote a hacer contorsionismo para continuar trabajando, se meten en las maletas, mochilas y hasta en el carro de la compra, en su obsesión por ocupar todos los espacios pequeños... Y nosotros lo aguantamos todo con una sonrisa y con mucha más paciencia que la que gastaríamos con cualquier humano igual de invasivo.

Son animales fascinantes, con personalidades muy marcadas, adorables, que hacen absolutamente lo que les da la gana y les disgusta que intentes imponerte, pero que a la vez te siguen por toda la casa, vigilantes, buscando el contacto físico solo hasta el punto que ellos quieren, ni más ni menos. En fin, una compañía absolutamente recomendable.

Hay cientos de libros sobre gatos y a los amantes de los felinos nos gustan todos ellos, pero tal vez los tebeos son los que mejor reflejan la relación de los humanos con los gatos. Mi selección de hoy se llama "Miau" y es de José Fonollosa. Como dice Alvaro Pons en el prólogo de la segunda entrega de este comic "cuando leemos las historias de Fonollosa, no sentimos únicamente una identificación en la desgracia común,  es que de nuevo se produce ese desarme que nos obliga a soltar un "Ooooooh" con ojitos llorosos pensando en que nuestros gatitos hacen lo mismo. Y, claro, uno se acojona, porque esta terrible enfermedad que es la gatofilia desafía las bases y fundamentos de la medicina moderna".

Pues ese es mi lbro recomendado de hoy, aunque solo para fans de los gatos, dudo que quien no conviva con ello pueda comprender el placer morboso que se siente ante los abusos y atropellos de un compañero peludo.

Por cierto... ¡feliz año!

1 comentario:

  1. Por si quedaba alguna duda, os aclaro que los dos gatos de las fotos son, respectivamente, Nemo y Yann, los reyes de la casa :)

    Yo recomiendo otros dos tebeos sobre gatos: Gato saliendo de una bolsa y otras observaciones (2008) y Los gatos son raros y más observaciones (2010), ambos de Jeffrey Brown. Eso sí, solo para gatófilos, resto de los mortales abstenerse!

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